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ENCUENTRO CON NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO-parte 5-

Continuación.
(Primera fase)

Pronto, muy pronto, abriré de improviso Mi Santuario en el Paraíso y allí, vuestros ojos desvelados percibirán, como en una secreta revelación: míriadas de Angeles, Tronos, Dominaciones, Soberanías, Poderes, todos postrados alrededor de

El Arca de la Alianza.
Entonces, un soplo se deslizará sobre vuestro rostro, y los Poderes del Cielo temblarán, a los destellos del relámpago seguirán los repiques del trueno, "de repente vendrá sobre vosotros un tiempo de gran aflicción, sin precedente desde la existencia de las naciones" (Dan.12,1). Permitiré que vuestra alma perciba todos los sucesos de vuestra vida; os los mostraré uno tras otro. Ante la gran consternación de vuestra alma, cairéis en la cuenta de cuanta sangre inocente de almas víctimas ha sido derramada por vuestros pecados. Haré entonces que vuestra alma despierte para que vea que nunca ha cumplido Mi Ley; como un rollo que se desenrrolla, Yo abriré el Arca de la Alianza y haré que seáis conscientes de vuestra anarquía.
(Segunda fase)
Si todavía permacéis con vida y en pie, los ojos de vuestra alma contemplarán una luz deslumbradora, como si fuera el brillo de muchas piedras preciosas, como las chispas de un cristal de diamante, una Luz tan pura y tan brillante, que aunque míriadas de Angeles estarán muy cerca, en silencio, vosotros no los veréis completamente, porque esta Luz los cubrirá como polvo dorado plateado; vuestra alma percibirá su forma, pero no su rostro. Entonces, en medio de esta Luz deslumbradora, vuestra alma percibirá como una vez vio en una fracción de segundo el verdadero momento de su creación...
Ellos verán:
a Aquel que fue el Primero
que os tuvo en sus manos,
los Ojos que primero
os vieron.
Ellos verán:
las Manos de Aquel Que
os dio forma y os bendijo...
Ellos verán:
al Padre mas Tierno, su Creador,
todo revestido de temeroso esplendor,
el Primero y el Ultimo,
El que es, el que era
y el que viene,
El Todopoderoso,
El Alfa y el Omega:
El Soberano.
Marchitos en vuestro despertar, vuestros ojos serán traspasados por los Míos que serán como dos llamas de fuego (Ap.19,12). Vuestro corazón entonces recordará los pecados y quedará sobrecogido por el remordimiento. Comprenderéis, sumidos en una gran aflicción y en un sufrimiento agónico por causa de vuestra anarquía, cómo constantemente habéis profanado Mi Santo Nombre y cómo Me habéis rechazado a Mí, vuestro Padre... Destrozados por el pánico, temblaréis y os estremeceréis cuando os veáis a vosotros mismos como cadáveres prutrefactos, devastados por gusanos y por buitres.

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