Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2013

A medias, pero el sueño se hizo realidad

A medias, pero el sueño se hizo realidad Por  Eduardo Correa        Tal como les relaté en el artículo anterior, el sueño que tuve en una de aquellas noches  se hizo realidad, aunque como digo arriba en el titulo “fue a medias”. Empero, ¡Bendito sea Dios!, por concederle al país la concreción de una reunión que todos, sin excepción,  esperaban. Y es que lo sucedido no es cualquier cosa, por decirlo de alguna manera. Y sin subestimar, que viéndolo concienzudamente podría ser una perogrullada, en el sentido de que cualquier país democrático debe debatir, contraponerse, celebrar elecciones y escoger sus autoridades, tener diferencias y posiciones distintas en el marco del más claro y debido respeto, y sobre todo en el más puro acogimiento de la Constitución y las leyes, y después de todo eso volver a la normalidad que requiere el desenvolvimiento mismo de la sociedad en procura del  bienestar que solo puede ser el producto de un trabajo mancomunado, en sana

Anoche yo tuve un sueño

  Anoche yo tuve un sueño   Por Eduardo Correa        Aunque mi sueño de anoche no es idéntico al que tuvo el dirigente de raza negra estadounidense, Martin Luther King Jr, el 28 de agosto de 1963, justo enfrente a la estatua de otro soñador de la historia del mismo país, Abrahán Lincoln, el mío, aun cuando no es igual, reitero, no deja de parecerse en algunos aspectos que tienen que ver con la fraternidad política y con la unidad nacional. Claro está que el sueño que tuve sucede en otro contexto, en otro tiempo y en otro lar completamente diferente. Y si hablo de fraternidad y de unidad, ¿no lo estoy emparentando también con el clamor de Simón Bolívar respecto de la unión por la que siempre luchó?,   con la salvedad de que El Libertador la proclamó completamente despierto y sin desestimar que el hijo predilecto de Caracas haya podido tener los suyos. Y es que, en fin, sueños tenemos todos, ¿no es así? También debo advertir que mi sueño, siendo tal, jamás tendrá la e

"Huye, Tibisay, huye..."

“Huye, Tibisay, huye…” A   Araure y sus vicisitudes históricas Por Eduardo Correa           Así comenzó la verdadera historia: “Huye, Tibisay, huye a las partes más cerradas de la cordillera. Yo debo volver a la pelea y si en ella muero, espero que tú jamás serás de esos hombres que vienen a robarle el suelo a los nuestros”. Esas palabras llenas de angustia y dignidad fueron dirigidas por el héroe venezolano aborigen Murachí, a la hermosa Tibisay, su amada mujer, cuando de pronto había hecho aparición el invasor europeo en tierras nativas. Específicamente en la Sierra Nevada, en las grandes alturas, donde Murachi hacia vida con su gente. Era una comunidad tranquila, laboriosa y solidaria que existía desde tiempos inmemoriales, y no a partir de 1498 como se ha querido hacer creer y ver por parte de sectores del poder histórico.         Pero, de repente, en forma inesperada, en una fecha fatídica hizo acto de presencia el hombre venido de tierras lejanas y extrañas, p