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¿Quieren debatir? Pues, aquí tienen.




¿Quieren debatir? Pues, aquí tienen.

 (1)

Por  Eduardo Correa



       Las ideas plausibles deben ser puestas sobre la mesa y sometidas  al concurso de las mayorías de una manera sana, creíble y  verdadera y que al final se tenga un resultado de las mejores posturas que satisfagan a todos –o a casi todos-  y emprender así los caminos por donde la fuerza colectiva empuje hacia el mismo lado y se busquen los mismos horizontes. Hoy, más que nunca, cuando el país viene transitando y creando espacios de libertad y desarrollo, deben dejarse de lado las posiciones personalistas, grupales e impregnadas de ciertos intereses oscuros que puedan hacer que se desvíen los propósitos históricos trazados y en los que los sectores populares han apostado todo. Abrirse a la discusión y al debate verdadero y desprovisto de bajas pasiones, arrogancia y abuso de poder –de quienes lo ostentan y sea cual sea su expresión- debe ser la insignia que marquen estos tiempos que nos toca vivir. Porque, de veras, no se trata de la supremacía de un partido o de un grupo o de un sector por muy poderoso que este se sienta. Se trata de la suerte de la república. De nuevo el gobierno nacional propone al país otra discusión que nos permita buscar cierto consenso en las cosas que puedan unirnos sin soslayar los temas más disimiles u opuestos. Participemos, pues,  en la controversia democrática que nos lleve a un puerto común de bienestar y  futuro tocando los problemas nacionales o regionales  más delicados e ingentes.

      Hace poco el ministro de la electricidad, Héctor Navarro, expuso la problemática del sector que, como se sabe, tiene un tiempo importante afectando a la nación. Y aunque no fue expuesto como un tema para la discusión, es claro que debe tomarse nota de la gravedad de lo que expresó el jefe de la energía en el país. Navarro insistió en que buena parte del problema eléctrico se debe a un sabotaje que existe dentro de la empresa:   “Cuando hablo de sabotaje interno, hablo de trabajadores, por ejemplo que engavetan un contrato… o simplemente porque son unos burócratas y pasa el tiempo, y pasa el tiempo, y no sacan su trabajo, muchas veces estoy hablando del alto gerente dentro de la nómina de Corpoelec que están infiltrados allí, que vienen de la cuarta república, yo creo que vienen hasta de la tercera república porque algunos de ellos vienen de la antiguas empresas transnacionales que operaban el sistema eléctrico venezolano y que son responsable de los desastres en el sistema eléctrico”. Esto llama poderosamente la atención debido a que este hombre siempre ha insistido en ese daño o deterioro. Ahora, ¿cómo pueden existir trabajadores que internamente cometan estos desafueros y afecten al pueblo sin que se le ponga coto a esto? ¿Puede más un grupo de la nómina de la empresa que viola  normas, se burla de la seguridad y las propias leyes de la republica sin que se les detecte y se sancione? ¿Son tan escurridizos y tan fuertes que el propio ministro y los demás responsables, llámese jefes, coordinadores, supervisores, etc., no puedan corregir?   ¿Y la contraloría interna o externa?  ¿Y si se trata de altos gerentes infiltrados por qué siguen allí?

      Este tema debe debatirse con el concurso de los mismos empleados y de los organismos competentes sin soslayar a la comunidad y los consejos comunales de cada zona o región y determinar  lo que realmente ocurre. El país está expectante y necesita respuestas urgentes. Además dice el ministro que hay trabajadores que ganan al año un millón de bolívares fuertes. ¿Quiénes son? ¿A qué se debe  esa situación? ¿Alguien   asigna  esos sueldos o se los auto asignan? ¿Y qué de la ley de salarios?  Hablamos de empleados influyentes, privilegiados e intocables, ¿Por qué no se hace nada?   Y para colmo al ministro le cortaron la luz y le cobran doble la factura. Y eso que había pagado, según dijo.

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