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Jesucristo cuenta Su Cruxificción (parte una)




Jesucristo cuenta Su Crucifixión
 “Fui abandonado por todos los que me amaban”
(Parte una)

Por Eduardo Correa

      ¿Es  sorprendente? Sin lugar a dudas. Y es que conocemos La Pasión de nuestro Señor  a través de los  Evangelios, no obstante, Su mensajera de estos tiempos, la egipcia Vassula Rydén, recibió del propio Jesús su versión. Veamos:
       
        (9-11-86) -“La paz esté contigo. Estoy aquí. Yo soy Jesucristo. Estoy delante de ti. Soy tu maestro y te amo. El mal fue vencido por Mi Sacrificio. No os durmáis, porque Yo vengo pronto. Yo soy la Revelación. Yo tengo novedades que os harán reflexionar. Háblame de Mi Crucifixión, Vassula”.-“Pero, ¿Qué debo decir? ¿Debo pensar en Tu crucifixión o en todo lo que la precedió? –En lo que pasó antes. Jesús me mostró, entonces, una imagen de la flagelación. –Cuando me flagelaron, Me escupieron y Me dieron tantos y tan violentos golpes en la cabeza, que Me dejaron aturdido. Me dieron patadas en el estómago que Me cortaron la respiración y Me hicieron caer al suelo, traspasado de dolor. Hicieron de mí un verdadero juguete para su diversión, dándome patadas, una tras otra. Estaba irreconocible. Mi Cuerpo estaba magullado y también lo estaba Mi Corazón. Mi Carne, desgarrada en pedazos, colgaba de todo Mi Cuerpo. Uno de ellos Me levantó y Me arrastró, porque Mis piernas ya no podían sostenerme. Después, Me pusieron una de sus vestiduras, Me tiraron al suelo, hacia delante, continuaron dándome golpes. Me golpearon el Rostro, Me partieron la nariz y Me torturaron. Oía sus injurias, hija Mía. ¡Sus gritos y sus burlas resonaban con tal odio, que aumentaban Mi Cáliz¡ Les oía decir: “¿Dónde están tus amigos ahora que su Rey está aquí, con nosotros? ¿Todos los judíos son tan traidores como ellos? ¡Mirad a su Rey!”. Y Me coronaron con Corona de Espinas, hija Mía. “¿Dónde están los judíos para aclamarte? Tú ERES Rey, ¿no es verdad? ¿Puedes entonces imitar a un rey? ¡RÍE! No llores. Tú eres rey, ¿no? Pues compórtate como tal”.
      
       “…Me ataron los Pies con cuerdas y Me obligaron a caminar hasta Mi Cruz. Pero, hija Mía, Yo no podía andar, porque Me habían atado los pies. Me tiraron, entonces, al suelo y Me arrastraron, cogiéndome por los Cabellos, hasta Mi Cruz. Mi sufrimiento era inaguantable. Algunos pedazos de Mi Carne, que habían quedado colgando después de la flagelación, Me los arrancaron. Desataron, entonces, las ataduras de Mis Pies y Me dieron patadas para obligarme a levantar y a llevar Mi “fardo” sobre Mis Hombros. Yo no podía ver, ni siquiera, donde estaba Mi Cruz, puesto que las espinas, que se habían clavado en Mi Cabeza, Me llenaban los ojos de sangre, que se deslizaba por Mi Rostro. Entonces, levantaron la Cruz, la pusieron sobre Mis Hombros y Me empujaron hacia la puerta”. Continuará.

      Nota esencial: Tomado de los libros La Verdadera Vida en Dios, cuyos textos fueron dictados por Nuestro Señor Jesucristo a Vassula Rayden, egipcia, y escogida por Dios como Su mensajera de estos tiempos. Sus contenidos 1985 sin que hayan cesado del todo hasta nuestros días, en menor grado. ¡Impresionante!, ¿cierto? Quien desee más y mejor información, visite www.tlig.org.   no son, bajo ningún respecto, distintos a la Sagrada Biblia. Son, sí, un recordatorio de La Palabra Santa, tal como lo expresa claramente el Dios Vivo. Valga decir que este maravilloso suceso celestial se originó desde el año

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