Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de julio, 2015

¿Los "chunior" están de vuelta en la radio?

¿Los “chunior” están de vuelta en la radio? Por  Eduardo Correa        Cualquiera que haya leído algunos de mis artículos publicados y referidos a algunos temas de la radiodifusión, bien podría decir como acostumbran en mi barrio cuando alguien insiste en un asunto determinado: “Este tipo nos la tiene dedicada”, y la frase, por supuesto, viene con una alta carga peyorativa. O algo parecido a: “¡Tú la tienes cogida con nosotros!”. Y así por el estilo. Y aunque en mi caso suceda de ese modo, debo decir que no se trata de “cogerla con algo o alguien”. Se trata de que no me gusta lo que suelo escuchar por ese importante medio de comunicación social. Y asimismo, creo que algunas de las cosas que se comunican, a manera de prédica, mensajes, eslogan o propaganda, dejan mucho que desear. Y es más, le hacen un flaco servicio a un poderoso medio que debe ser destinado, y esa es su esencia, a entretener del modo más sano, a culturizar y a  informar. Y sobre todo: el respeto por el oyen

Para Elisa

Para  Elisa Por  Eduardo Correa Llora el llano y el estero y oscurece el paisaje porque de modo salvaje murió Elisa Guerrero. Hay ecos en el tranquero y lágrimas en el caney,  una sensación de ayer se marchó con el “te quiero”. Y un grito lastimero recorre por la llanura,  una huella de amargura marcó al llano entero. Adiós Elisa Guerrero por ti lanzo este grito y un “guayabo motolito” me dejó con un “me muero”. Me marca el desespero que me deja tu partida con una honda herida, un lloro y un requiebro. Y aunque muy triste me quedo pido con ansia y amor que te reciba el Creador allá en su propio Cielo.

Las cosas raras que suceden en una cola

Las cosas raras que suceden en una cola Por  Eduardo Correa         Tal vez el primer pensamiento que asalta a una persona que forma parte de una cola, sea aquel donde se ve llegando a casa con dos bolsas llenas de alimentos variados, adquiridos a un precio justo y recibido por su esposa e hijos. Pero, asimismo, en instantes lo asaltará su realidad al verse rodeado de gente por todos lados entre gritos, palabras altísonas y agresivas. O quizá  lo volverá a la verdad un empujón para sacarlo de la fila o para que avance y se acomode mejor. Y es que las cosas más raras pueden pensarse, decirse y hacerse en esas interminables colas que día tras día envuelve a los venezolanos. Y otro pensamiento que puede venir a la mente, un tanto intranquila por lo que le toca vivir, sea preguntarse si todo eso, el drama de las colas y los avatares que traen consigo, sea para siempre. ¿Se han instaurado las colas como un  fantasma que asalta y asusta a los venezolanos? ¿O todo eso terminará en