Partido de gran final
jugabas con tu hermosura
mostrabas todas tus curvas
y una recta descomunal.
Yo no podía batear
tus lanzamientos de amor
ni un "toque" de corazón
podía siquiera intentar.
Quien fuera César Tovar
Concepción o Davalillo
o quizás Marcano Trillo,
Galarraga o Luis Salazar.
Era el partido final
entre tu amor y el mío
jugando "bateo y corrío"
quería tu cuerpo alcanzar.
La grada empezó a gritar
lanzando flores y rosas,
el estadio se alboroza
y la tribuna central.
¡Tres bolas y dos strikes!
en la pizarra del alma
de pronto intensa calma
y un silencio sepulcral.
Pido tiempo al Principal
y detengo la jugada,
me poso en tu mirada
y en tu rostro angelical.
Tu figura monticular
se yergue bella y preciosa
y el umpire con voz ronca
llama de nuevo al play.
Acciones a reanudar
el juego sigue empatado,
noveno inning jugado
y el turno para cerrar.
¡El lanzamiento final!
pitcheaste de corazón
y un batazo de jonrón
decidió aquel juego final.
Autor: Eduardo Correa -18 de octubre de 1993-
jugabas con tu hermosura
mostrabas todas tus curvas
y una recta descomunal.
Yo no podía batear
tus lanzamientos de amor
ni un "toque" de corazón
podía siquiera intentar.
Quien fuera César Tovar
Concepción o Davalillo
o quizás Marcano Trillo,
Galarraga o Luis Salazar.
Era el partido final
entre tu amor y el mío
jugando "bateo y corrío"
quería tu cuerpo alcanzar.
La grada empezó a gritar
lanzando flores y rosas,
el estadio se alboroza
y la tribuna central.
¡Tres bolas y dos strikes!
en la pizarra del alma
de pronto intensa calma
y un silencio sepulcral.
Pido tiempo al Principal
y detengo la jugada,
me poso en tu mirada
y en tu rostro angelical.
Tu figura monticular
se yergue bella y preciosa
y el umpire con voz ronca
llama de nuevo al play.
Acciones a reanudar
el juego sigue empatado,
noveno inning jugado
y el turno para cerrar.
¡El lanzamiento final!
pitcheaste de corazón
y un batazo de jonrón
decidió aquel juego final.
Autor: Eduardo Correa -18 de octubre de 1993-
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