El folclor venezolano ha vivido épocas estelares y ha dejado su impronta fuera de nuestras fronteras patrias. Y es así como nuestra cultura autóctona registra en su historia con letras doradas la incursión que hiciera el brillantísimo Quinteto Contrapunto en 1962 y a partir de allí fueron varios años donde floreció con orgullo nuestro patrimonio musical. El mundo conoció la versatilidad y el talento de este grupo nacional que integraban Morela Muñoz, Jesús Sevillano -también médico-, Rafaél Suarez, Marina Guanche y Domingo Mendoza.
Su periplo por América, Europa y otros continentes, dejaron maravillados a todos los públicos que tuvieron el privilegio de escucharlos, en donde analistas y expertos del mundo de la música se expresaron con honrosos elogios para el exquisito conjunto folclórico. Y asimismo, cuenta mucho el aporte de otros talentosos venezolanos que enriquecieron con sus voces y melodías nuestras raíces vernáculas y que también fueron exitosos en muchas partes del orbe, tales son los casos de los excepcionales Héctor Cabrera, Alfredo Sadel, Mario Suárez, María Teresa Chacín, Neida Perdomo, entre otros muchos nacionales que siempre serán recordados, no obstante la vergonzosa invasión de ritmos foráneos, en muchos casos estridentes y estúpidos.
En nuestros días, la música venezolana ha tenido un repunte importante y puede decirse, sin temor a equivocarse, que en el ambiente se escuchan trovadores, intérpretes y grupos que enaltecen nuestro gentilicio, a pesar del mercantilismo que los caracteriza y la pose de "divos" de algunos. Claro está que vivimos en una sociedad donde el dinero y la mercancia hacen de las suyas y unos cuántos, tal vez "por hacerse de unos reales" tienen la insolencia de incursionar con unos temas que desdicen de nuestra cultura, nuestras costumbres y lesionan de alguna manera la decencia y la moral y usan para ello las herramientas de las bajas pasiones e involucran en mala hora una de las grandes riquezas de un país, que como hemos dicho significa nuestro folclor. Por ahí se aparaeció una mala canción llanera que titularon "El jalabolas", nada más y nada menos. Tenía que existir alguien que tuviera "los riñones" de grabar algo así y que contara con el acompañamiento de un grupo que toca un sabroso joropo que se pierde, lamentablemente, con un "cantante" que desentona con la disparatada letra. Fíjense lo que dice en una parte del despropósito: "Soy el propio jalabolas desde que empecé a gatear, los ricos pelean por mí porque es que soy calidad...". Y más adelante: "Me atrevo a meterle embuste a mi papá y mi mamá, abandonar a mis hijos y a mi mujer emprestar...". Imagínense ustedes lo procaz y nada edificante de este sinvuerguenza, que sin tapujos tienen la osadía de hacer y decir una cosa como esa. Y no conformes con eso, los "negociadores" de nuestra música lo distribuyen y divulgan en paquetes de CD o DVD que califican de "colección" en videos y demás yerbas y junto a otros intérpretes que pareciera no importarles que los "vendan" con esa clase de individuos que no sienten ningún respeto por nada y por nadie, ni siquiera por su propia familia.
Y aunque es un caso muy distinto al que comentamos arriba, es hora de lanzarles un alerta -con todo el respeto que se merecen- a dos hermosas muchachas intérpretes de nuestra música, que además de irradiar mucha simpatía y desenvoltura en el escenario, han logrado colocarse en el gusto y la preferencia de los amantes del folclor, pero que a veces tienen sus extravíos grabando algunos temas que contienen expresiones que no contribuyen a elevar el mensaje de la familia y en consecuencia nuestros niños son víctimas al comenzar a repetirlos como si de una gracia se tratara. Ellas tienen mucho talento y juventud para afinzar sus carreras, pero deben cuidarse demasiado de ese tipo de cosas. Nos referimos a las despampanantes Scarlet Linárez y a Noris Valencia, que han causado "furor" con los temas "En carne viva" y "De parte y parte", respectivamente.
Es sabido que la cultura nacional tiene infinidad de cosas hermosas y constructivas que pueden servir de fuente inagotable de poemas y canciones, que sin lugar a dudas contribuirán a poner en alto nuestra patria y nuestro folclor.
ESCRITO POR EDUARDO CORREA, Y PUBLICADO EN EL DIARIO EL REGIONAL, DE ACARIGUA, ESTADO PORTUGUESA, EL DOMINGO 21 DE FEBRERO DE 2010.
Comentarios
Publicar un comentario