Por Eduardo Correa
En el año 1985, Jesús se ha revelado,
nuevamente, al mundo y ha escogido como Su mensajera de estos tiempos a la
egipcia Vassula Rydén, y por instrucciones del propio Hacedor ha llevado a la humanidad sus palabras
convertidas en doce volúmenes que fueron traducidos a más de treinta idiomas.
Teólogos, historiadores, expertos, intelectuales, religiosos, entre otros, han
testimoniado que las palabras que recibe esta privilegiada mujer son Auténticas
y por tal motivo vienen de lo Alto. He
aquí otro mensaje de Nuestro Señor Jesucristo, dedicado a quienes tienen fe, a
los que dudan y tienen confusiones y a los que no creen. Y pueden hacernos
mucho bien por días y por estos tiempos que estamos viviendo. Esto sucedió el
17 de junio de 1991:
“¡Oh!
!Ven! tú que vas errante en el desierto y que dices: "He buscado a Mi
Redentor pero no lo he hallado". Hállame, Mi bienamado, en la pureza del
corazón, ámame sin interés propio, hállame en la santidad, en el abandono que
deseo de ti. Hállame observando Mis Mandamientos. Hállame sustituyendo el mal
por el amor. Hállame en la simplicidad de corazón. No peques más, deja de hacer
el mal, aprende a hacer el bien. Busca la justicia, ayuda a los oprimidos. Que
este desierto y esta aridez exulten”.
“Que tu tibieza
se inflame de ardiente llama. Abandona tu apatía y reemplázala por el fervor.
Haz todo eso para poder decir: "He buscado a mi Redentor y Lo he
encontrado. Él estuvo siempre cerca de mí pero en mi oscuridad no podía
hallarle. ! Oh, Gloria sea dada a Dios! ¡Bendito sea nuestro Señor! ¿Cómo pude
haber sido tan ciego?". Deberé, pues, recordarte que guardes como un
tesoro Mis Principios, para que puedas vivir. Yo volveré como un relámpago,
como un destello en las nubes, con Mi Santo Espíritu, para quitar las lágrimas
de toda mejilla. Así, pues! ánimo! Mis bienamados. El amor volverá como amor. Yo,
el Sagrado Corazón, os bendigo a todos, dejando el Suspiro de Mi Amor en
vuestra frente. Sed uno bajo Mi Santo Nombre”.
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