¿Algunos titulares de prensa pueden inquietar?
Por Eduardo Correa
¿Algunas personas se inquietan ante algunos
titulares de la prensa diaria? ¿Acaso les incomodan? ¿O les tranquilizan? ¿Producen
hilaridad en ellos? ¿Qué dicen al leerlos o escucharlos? ¿Les da igual o
sencillamente se sienten informados? Podemos analizar algunos casos y teorizar
un poco al respecto. Y es que en tiempos de cierta turbación, y ahora parece
que la hubiere, cualquiera podría sentir aprehensión o inquietarse con algunos
encabezados que se publican en los periódicos con regularidad. Y no es que esos
titulares, a los cuales vamos a referirnos de seguidas, estén escritos
indebidamente o sean defectuosos o tengan la intención de alguna conveniencia.
No, se trata simplemente de titulares comunes y corrientes, pero que podrían
causar cierta subjetividad y aprehensión en algunas personas, como inquirimos
arriba. Veamos, entonces, unos cuantos titulares de prensa, aparecidos recién y
que, incluso, podrían verse como deslumbrantes:
El ministro Gil,
de Agricultura y Tierras, aseguró: “Los ingredientes para las hallacas están plenamente
garantizados”. Y es ahí cuando pensamos nosotros que algún paisano de Delta
Amacuro o del Guárico adentro con “problemas de bolsillo”, argüiría al leerlo:
“Bueno, ministro, será para usted que están garantizados esos
ingredientes, porque en lo que a mi
respecta atravieso una situación económica de padre y señor mío, que…”. ¿Podrá
haber alguien que piense y hable así? Tal vez. Por otra parte, el diario El Regional, dijo: “Garantizada la
producción de carne de res y cochino para las hallacas”. Y es posible que
alguno piense y exteriorice: “Eso está
muy bien, señores, pero en mi caso para llevar esa carne de res y cochino a mi
mesa tengo que bregar bien duro y antes de saborearla con mi familia, he de
recorrer mucho trecho y pasar “varias alcabalas, porque si no…”. Y de nuevo El
Regional: “Maduro anuncia aumento salarial de 45% para integrantes de la FANB”.
Y es aquí cuando cualquiera de esas mentes traviesas, en uno de esos recovecos
se respondería: “¿Y por qué yo no me metí más bien a militar? Porque aun como
soldado raso tendría lo mío, ¡no juegue!”.
En la semana
pasada, el diario de Barquisimeto, El Impulso, anotó en primera plana
refiriéndose a los cuerpos armados:
“Fuerzas policiales quieren vivir más cerca de la gente”. Y ha de existir algún
desprevenido que dijese: “Vade retro Satanás, conmigo no cuenten. Yo no olvido
aquel dicho de Teodoro cuando afirmó que la gente no sabía a quien temerle más,
si al delincuente o al policía”. Y un diario de Caracas escribió: “Las
camionetas que prestan el servicio publico están completamente inservibles”. A
lo que respondería cualquier habitante de un lejano pueblo: “Gran cosa, vengan
a mi ciudad para que vean como se bate el barro en ese campo”. Y otra vez El
Impulso de Lara recogió las palabras de un dirigente del alto gobierno: “Los
productos de la dieta básica se consiguen en la calle”. Y tal como están las
cosas, no faltará un ama de casa que ante la duda, y con cierto sobresalto, se
asome a la puerta de su casa, esa que da a la calle, por si las moscas viere
algo puesto por ahí o rodando. Y eso,
nada le costará, ¿y si la pega? Y hace
poco dijo Cabello: “Hay un grupo político que pretende bombardear Caracas”. Y
en este caso los nervios se pondrán de punta en algún desprevenido y gritará:
“¿Cómo? ¿Bombardear Caracas? ¿Así como así? ¡Caramba, a lo que hemos llegado,
chico!”. Y es posible que en su inconsciente imaginase los bombazos. Y por
último en una nota extranjera: “La reina Isabel II recibe su primer insulto en
tuiter”. Y es de presumir que alguien pensará ensimismado: “Na guará, a mi me
insultan a diario por todos los medios y no digo nada”.
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