El peligro
del celular y el microondas
Por Eduardo Correa
¿Estaríamos dispuestos a desprendernos
del teléfono celular desde ahora y para siempre? ¿En verdad lo haríamos? Estas
son dos interrogantes, si se quiere, fáciles de hacer, pero indudablemente
difíciles de responder afirmativamente, cierto, ¿no? Y es que la tecnología,
como se sabe, cada vez nos hace más dependientes de sus hechuras, bien sea por
lo novedoso y lo cómodo, y si lo consideramos útil, ni hablar. Tal es el caso
del celular o teléfono móvil. Esta herramienta comunicacional ha venido a ser
parte de nuestra vida, e incluso dormimos con ella. Le hemos declarado nuestro
amor y vivir separados puede considerarse bien difícil, por no decir imposible.
En lo personal manejaba ciertas informaciones científicas que demostraban
ciertos riesgos serios que podía acarrearnos el uso frecuente del pequeño
aparato. Y admito que en los últimos tiempos he sido sorprendido y sacudido por
los hallazgos de los científicos sobre el verdadero peligro que comporta esta
especie de maridaje con “el bichito ese”, como diría un amigo vecino, a quien,
por cierto, le comenté esto que ahora escribo, con las preguntas del inicio
incluidas, y su respuesta fue inmediata: “Ni loco”, me dijo enfático. Insistí:
“¿Y sí pones en riesgo tu propia vida? Me vio y guardó silencio. Mis hijas y mi
mujer también tuvieron una respuesta decidida: “No tendríamos cómo hacer. Imagínate”.
Y estas consideraciones mostradas podrían ser iguales o parecidas si extendemos
las preguntas mucho más allá del entorno. El teléfono celular es una realidad
del mundo moderno o de hoy, y como sostenía aquella vieja expresión “llegó para
quedarse”. ¿Y qué hacer entonces si el riesgo es tal que pone en peligro la
propia existencia? Bueno, cada usuario deberá encararlo y buscar su propia
definición, mientras, veamos lo que sostiene la ciencia:
“Renuncia decidida y definitivamente al uso del teléfono celular. Tu vida está en juego. Como nos lo advierte el destacado neurocirujano el Profesor Dr. Vini G. Khurana, galardonado con 14 premios de medicina: “El celular está causando en el mundo infinidad de casos de cáncer de la parótida, aneurismas cerebrales y neuromas acústicas. Es un asesino peor que el tabaco, el cual mató en el siglo pasado a 100 millones de personas. Si los gobiernos no intervienen mucha más gente morirá de teléfonos celulares que de fumar, y los niños están en la peor situación por culpa de sus ignorantes padres”. Muy contundente, ¿No les parece? A mí me lo pareció, insisto. Pero hay mucho más. Leamos.
“¿Por qué es tan peligroso el celular?
Porque utiliza las mismas ondas del horno microondas. Hacer una llamada telefónica
con un celular equivale, por lo tanto, a meter tu cabeza dentro de un horno
microondas. ¡Te estás cocinando el cerebro! ¡Con 3 celulares se cocinan, en
efecto, palomitas de maíz en 2 a 5 minutos! No pienses que el “manos libres”,
el auricular, el altavoz o el simple hecho de apagarlo, te va a librar de sus
daños. Estos aparatos emiten radiación hasta a 8 o 10 metros de distancia”
Y sobre el modo de cocinar o calentar
los alimentos a la usanza moderna, aquí tienen el resultado de la ciencia:
“Echa el horno microondas de tu casa. Como lo apunta el gastroenterólogo el Dr.
John Kerner de la Universidad de Stanford: “Al ser cocinados o calentados los
alimentos, en un horno microondas se desnaturalizan y, al ser introducidos en
nuestro cuerpo, causan efectos negativos sumamente perjudiciales. ¡Usar un
horno microondas equivale a acelerar deliberadamente su propia muerte y la de
sus seres queridos”. De terror, ¿no?
Y yo les digo que hay mucho más para
mostrar y tomar en cuenta de esos estudios científicos, pero deberá ser en otra
oportunidad porque por ahora el espacio se terminó. Ah, y como dice el trovador
Reynaldo Armas en una de sus conocidas canciones de su ingente repertorio:
“Disculpe usted mi critica constructiva…”.
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