Yo podría absolverlas de amor ...
Por Eduardo Correa
YO PODRÍA ABSOLVERLAS DE AMOR . . . Tal vez este podría ser
uno de mis escritos más imprudentes y más temerarios, pero mi mente traviesa me
lo trajo y aquí trato de plasmarlo no exento de temor. Ustedes hijas mías me han dado
mucho amor y ha sido tanto que no tengo capacidad para medirlo si es que el
amor puede medirse . . . bueno, el amor divino no tiene medida alguna porque ya
sabemos que es inconmensurable, pero les repito que el amor que ustedes me han dado ha sido tan enorme que no creo que quepa en este mundo. Veamos, me amaron profundamente cuando niñas apenas tuvieron conciencia, un amor sin medida e
incondicional, amor de niñas, pues, imagínense lo grande y sobretodo espontáneo,
y es tan grande ese amor de niñas que pasó tranquilamente por la adolescencia
sintiendo lo mismo y llegó a la juventud sin cambio ninguno y hoy cuando siguen siendo muy jóvenes se mantiene incólume, o sea, el amor no ha cambiado ni un
ápice para mí, aunque por los años han habido ciertas modalidades, y es lógico
que así sea, se hicieron mujeres, madres, amas de casa, profesionales, y todo lo que
trae consigo visto desde el factor tiempo, y han vivido sus vidas, y a pesar de
ello me han seguido queriendo igual o más, quien puede medirlo? Y esas bonitas vidas que han tenido Dios las tenía señaladas para ustedes y tenían que volar e hizo
que me dieran tanto amor de niñas y adolescentes y de juventud para que llenaran los vacíos de sus ausencias necesarias. Pero no es amor dividido, aunque si
diferente. Y ese amor desmedido de niñas siempre ha estado conmigo cubriendo
cuando no están por exigencias de sus vidas descritas. Ven que su amor no me ha
faltado jamás? Siempre lo he tenido. Y como mis años han crecido y camino a una
edad que solo Dios conoce yo simplemente tomo amor de niñas y de adolescentes y
voy supliendo mis necesidades ahora, para eso me dieron suficiente, no? Y aunque
dije al comienzo que podría absolverlas decido en este instante no hacerlo
porque ese amor infantil lo voy a necesitar siempre hasta que exhale mi último
suspiro . . . son insustituibles . . . no puedo ni quiero absolverlas.
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