Que bello aquel paraíso
que nos diera el Señor
para vivir con amor
humanidad y regocijo.
Y no quisieron sus hijos
acatar la Ley Divina
trayendo así la ruina,
la soledad y el martirio.
Ahora vivimos en vilo
con sobresalto y dolor,
con mesquindad y rencor
y con los peores designios.
El hombre se ve asimismo
engreído y arrogante
y se lleva por delante
al débil y al oprimido.
Ya no hay compañerismo,
lealtad ni pundonor
nos acosa la traición,
la maldad y el facilismo.
Ni la sonrisa de un niño
nos trae la reflexión,
no hay acto de contrición
para salir del abismo.
Ojalá el Dios Divino
pueda darnos el perdón
y que en cada corazón
reine paz y optimismo.
Autor: Eduardo Correa. Del libro RIMAS SENCILLAS.
que nos diera el Señor
para vivir con amor
humanidad y regocijo.
Y no quisieron sus hijos
acatar la Ley Divina
trayendo así la ruina,
la soledad y el martirio.
Ahora vivimos en vilo
con sobresalto y dolor,
con mesquindad y rencor
y con los peores designios.
El hombre se ve asimismo
engreído y arrogante
y se lleva por delante
al débil y al oprimido.
Ya no hay compañerismo,
lealtad ni pundonor
nos acosa la traición,
la maldad y el facilismo.
Ni la sonrisa de un niño
nos trae la reflexión,
no hay acto de contrición
para salir del abismo.
Ojalá el Dios Divino
pueda darnos el perdón
y que en cada corazón
reine paz y optimismo.
Autor: Eduardo Correa. Del libro RIMAS SENCILLAS.
HERMANO, FELICITACIONES, ME GUSTÓ MUCHO ESE POEMA. SIGUE ADELANTE...
ResponderEliminarMuchas gracias, hermanito, por tus bonitas palabras. T agradezco q t hayas tomado parte de tu tiempo para leer mi poema. Q Dios te cuide donde quiera q estés. Un abrazo y a tu orden siempre.
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