Una dulce boquita
no debería fumar
porque pierde lo sensual
y lo dulce se le quita.
Señora o señorita
de poca o cierta edad
perderían feminidad
y no se verían tan bonitas.
Y quien sabe si le dictan
después de tanto fumar
enfisema pulmonar
y dolencias en las visceras.
Y si se hace adicta
arruinaría de seguro
su cuerpo valioso y puro
y perdería hasta la vida.
Por eso, señora o señorita
permítame que le diga:
ni siquiera una colilla
ponga usted en su boquita.
Autor: Eduardo Correa -marzo de 1993-
no debería fumar
porque pierde lo sensual
y lo dulce se le quita.
Señora o señorita
de poca o cierta edad
perderían feminidad
y no se verían tan bonitas.
Y quien sabe si le dictan
después de tanto fumar
enfisema pulmonar
y dolencias en las visceras.
Y si se hace adicta
arruinaría de seguro
su cuerpo valioso y puro
y perdería hasta la vida.
Por eso, señora o señorita
permítame que le diga:
ni siquiera una colilla
ponga usted en su boquita.
Autor: Eduardo Correa -marzo de 1993-
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