Por Eduardo Correa
Unos ofrecen villas y castillos,
yo sólo ofrezco amor
y aunque el oro brille amarillo
es más radiante mi sol.
Otros confunden amor con dinero
y sólo escuchan halagos,
a mí me llena "un te quiero"
y el Dios Divino por Sabio.
Hay quienes se creen superiores
al ocultar lo pequeño del alma,
la razón le huye al mediocre
yo sólo ofrezco amor
y aunque el oro brille amarillo
es más radiante mi sol.
Otros confunden amor con dinero
y sólo escuchan halagos,
a mí me llena "un te quiero"
y el Dios Divino por Sabio.
Hay quienes se creen superiores
al ocultar lo pequeño del alma,
la razón le huye al mediocre
y al cuerdo lo acompaña la calma.
Muchos anhelan riquezas
y piensan que ella es abrigo,
a mí me corre en las venas
la lealtad del amigo.
Voy por el mundo sonriendo
y tiendo mi mano sincera,
mi conciencia yo no la vendo
porque es mi fiel compañera
De niño aprendí que el amor
es la meta más grande del mundo
y aquellos que sienten dolor
saldrán de ese abismo profundo.
La vida me enseñó que el error
debe perdonarse del todo
y como lo dijo el Padre Creador
"Ámense los unos a los otros...".
y piensan que ella es abrigo,
a mí me corre en las venas
la lealtad del amigo.
Voy por el mundo sonriendo
y tiendo mi mano sincera,
mi conciencia yo no la vendo
porque es mi fiel compañera
De niño aprendí que el amor
es la meta más grande del mundo
y aquellos que sienten dolor
saldrán de ese abismo profundo.
La vida me enseñó que el error
debe perdonarse del todo
y como lo dijo el Padre Creador
"Ámense los unos a los otros...".
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