Líbranos, ¡oh! Señor, de la maldad
del egoísmo y el rencor,
líbranos del odio y el dolor
que persigue a la humanidad.
Salva a los niños de la crueldad,
de penas y sinsabores
de inicuos acosadores
que lesionan su integridad.
Echa de la tierra a satanás
y que perdure Tu Santa Obra
y has que llegue la hora
de construir la hermandad.
Líbranos, ¡oh! Señor, del mas allá
y que en la tierra vivamos felices
y que se borren las cicatrices
y ocupe un lugar la bondad.
Que perdure la dicha y la paz
y que todos seamos hermanos
y que seamos buenos y santos cristianos
cantando enchidos de felicidad.
Que impere lo justo y la caridad
en los hombres y en las mujeres
fuera los falsos quereres,
la envidia y la mesquindad.
¡Oh!, Dios, líbranos de la iniquidad
e inyecta de nuevo Tu Ser
y que haya un nuevo amanecer
y resplandezca La Verdad.
Autor: Eduardo Correa. -junio de 1993-
del egoísmo y el rencor,
líbranos del odio y el dolor
que persigue a la humanidad.
Salva a los niños de la crueldad,
de penas y sinsabores
de inicuos acosadores
que lesionan su integridad.
Echa de la tierra a satanás
y que perdure Tu Santa Obra
y has que llegue la hora
de construir la hermandad.
Líbranos, ¡oh! Señor, del mas allá
y que en la tierra vivamos felices
y que se borren las cicatrices
y ocupe un lugar la bondad.
Que perdure la dicha y la paz
y que todos seamos hermanos
y que seamos buenos y santos cristianos
cantando enchidos de felicidad.
Que impere lo justo y la caridad
en los hombres y en las mujeres
fuera los falsos quereres,
la envidia y la mesquindad.
¡Oh!, Dios, líbranos de la iniquidad
e inyecta de nuevo Tu Ser
y que haya un nuevo amanecer
y resplandezca La Verdad.
Autor: Eduardo Correa. -junio de 1993-
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