Confesión
Confieso
de corazón
que
a mucho he renunciado
y
en verdad me he apartado
de
toda asociación.
Y
me marché de los clubes
y
he dejado el fervor
por
los grupos y los gremios
que
quitaban mi atención,
de
lo bueno y lo sagrado
y
las cosas del Señor.
He
renunciado a los vicios,
a
lo inicuo y lo inmundo
y
al ejemplo vagabundo
que
pone el Engañador.
He
dicho sí al sacrificio,
a
la misa y la oración
y
he dicho sí a la iglesia
y
a Cristo Su Fundador.
Me
alejé de la maldad
y
del juego pernicioso,
de
lo fútil y envidioso
y
la vana tentación.
En
fin, he vuelto por el camino
que
nos marca El Creador
que
conduce a la vida
y
nos da la Salvación.
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