¡Ya basta de tantos errores históricos!
Por Eduardo Correa
Desafortunadamente, en algunas instituciones oficiales del estado Portuguesa
se sigue incurriendo en situaciones de desinformación e interpretación errónea
de un evento que ha sido trascendente en la historia nacional. Así, preocupa
que sean estos entes públicos, entre ellos la Gobernación, alcaldías y Consejo
Legislativo, quienes insistan en estos desaciertos que contribuyen por demás a
sembrar desorientación en las personas y de modo muy especial en niños y
adolescentes, cuando deberían ser estas corporaciones las llamadas a ocuparse,
en alguna medida, por interpretar, publicar y proyectar nuestra memoria
histórica de manera correcta, y evitar las dañinas distorsiones. Por ejemplo,
es increíble que se siga diciendo que el 19 de abril de 1810 “Se proclamó o declaró la independencia
nacional”, tal como lo informó la alcaldía del municipio Páez en un aviso
oficial, y agregó además que “fue el ápice de la Independencia”. ¿El ápice? No,
al contrario, fue un movimiento político de enormes repercusiones, eso está muy
claro. También incurrió en error el ente gubernativo estadal, así como la
alcaldía de Turen.
Permítaseme decir, de nuevo,
que ese hecho histórico condujo o llevó sí a la Declaración o Proclamación de
nuestra libertad que ocurrió, clara e inequívocamente, el 5 de julio de 1811 en
el Primer Congreso Constituyente venezolano instalado el 2 de marzo del mismo
año, naciendo de esa forma la Primera República. El suceso de 1810, conocido también como la Revolución
de Abril, significó un paso relevante que llevó, reitero, a la Independencia y
a su Declaración. No debe olvidarse que en el acta del 19 de abril se mantenían
los derechos del monarca español Fernando VII y que, inclusive, en la primera
propuesta de los revolucionarios en aquellos tormentosos momentos del histórico
día se involucraba a Emparan como presidente de la Junta de Gobierno. Claro
está que esto último fue rechazado por la oportuna intervención del canónigo
chileno José Cortes de Madariaga. Si se quiere añadir más en los alcances de
aquella inolvidable gesta patriótica, véase lo que dijo uno de sus singulares
protagonistas, Martín Tovar Aponte, alcalde del Cabildo caraqueño: “En el acta
no declaramos la independencia, pero el 19 de abril fue un suceso trascendente,
propiciador de cambios radicales que condujeron al 5 de julio de 1811”.
En otro desacierto, pero esta vez
en “tono mayor y muy desafinado”, incurrió la alcaldía de Esteller y leída en
los diarios en esa fecha celebrativa, asegurando que “El 19 de abril de 1810 se firmó el Acta
de Independencia“. Grave yerro. ¡Por Dios!, cómo es posible que se escriban y
publiquen cosas como esas. Y para no
quedarse atrás en los desatinos históricos, la alcaldía de Araure, dijo: “El 19
de abril de 1810 nació la Patria Grande que hoy esta mas viva que nunca”. Me
anoto, por supuesto, en eso de que “está más viva que nunca”, empero, de
ninguna manera ocurrió en esa fecha ese nacimiento, y ya quedó aclarado al
comienzo. ¿Desean conocer más elementos impropios referidos a la historia
patria? Fíjense en esta otra: La alcaldía de Guanare escribió que “El 19 de
abril de 1810 se inició la Primera República”. Pues no, lean más arriba y se
darán cuenta del error.
Asimismo, la alcaldía de Agua
Blanca afirmó que la fecha referida era “El Día de la Independencia”. Craso
error, revisen este escrito y podrán darse cuenta. Pero, además sostiene, junto
al ayuntamiento de Ospino y el Consejo Legislativo, que: “El 19 de abril de
1810 marcó el inicio de la Independencia de Venezuela”. Y ahora digo yo, ¿Cómo
podríamos llamar entonces a las dos relevantes incursiones armadas del
Precursor Francisco de Miranda, en 1806, y a todas sus acertadas visiones
políticas expuestas al mundo entero, y a quien antecedieron los también
insignes patriotas José María España y Manuel Gual, e igualmente el aporte
extraordinario de José Leonardo Chirino, entre otros importantes movimientos
revolucionarios que buscaban la liberación del yugo español?
Y para finalizar, siempre
recuerdo las palabras del profesor Alexis Márquez Rodriguez, escritor y
especialista en lengua castellana, quien sostiene que “debe tenerse cuidado con
lo que se dice, pero extremar la atención con lo que se escribe”. Y es por
aquello, entre otras cosas, de que los escritos vuelan y, como bien puede
comprenderse, no es fácil “atraparlos de nuevo” en el supuesto de que se haga
necesaria alguna corrección.
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