Bolívar: “¡Unión! ¡Unión! O la anarquía os
devorará”
Por Eduardo Correa
La
frase del título impacta, ¿cierto? Y es que hoy debe acudirse de nuevo al
expediente del DIÁLOGO y revivirlo. Porque si de algo se está seguro es que una
persona o grupo, por hábil que sea, no tiene el privilegio o el monopolio de la
verdad o la razón y aunque esos elementos no estén exentos de ideas plausibles
deben ser puestas sobre la mesa y sometidas al concurso de las mayorías de una
manera creíble y que al final se tenga un resultado de las mejores posturas que
satisfagan a todos –o a casi todos- y emprender así los caminos por donde la
fuerza colectiva empuje hacia el mismo lado y se busquen los mismos horizontes.
Y más que nunca deben dejarse de lado las posiciones personalistas o grupales y
abrirse a la discusión que debe ser la insignia que marquen estos tiempos que
nos toca vivir. Porque, de veras, no se trata de la supremacía de un partido o
de un grupo o de cualquier sector por muy poderoso que sea, se trata de la
suerte de la República.
Presento
dos personajes memorables y aleccionadores, uno de hoy y otro de ayer. Dijo
Simón Bolívar: “La unión debe salvarnos,
como nos destruirá la división si llega a introducirse entre nosotros”.
También: “Las contiendas domésticas de
la América nunca se han originado de la diferencia de castas, ellas han nacido
de las divergencias de las opiniones políticas, y de la ambición particular de
algunos hombres, como todas las que han afligido a las demás naciones”. Y
esta otra: “¡Uníos!, ¡Uníos! O la
anarquía os devorará…”.
Veamos ahora, in extenso, las actitudes
encomiables que caracterizaron la vida de Nelson Mandela o “madiba”, como le llamaban sus coterráneos más
cercanos como muestra de cariño y respeto, y otros muchos que tuvieron su
amistad. Y una de esas facetas que
llamaron poderosamente la atención del mundo fue su capacidad para la
tolerancia sin importar cuán difícil fuese el momento o la etapa que estuviesen
viviendo. De esta cualidad, en especial, se trata. Abundemos entonces, en la
vida aleccionadora de un hombre singular que se propuso entenderse con el otro
con esa insignia por delante. Y los resultados son harto conocidos y deben
servir de mucho en estos tiempos.
Pero, el Nelson Mandela de la teoría
pacifista y de los sueños de liberación nacional se vio retratado a todo color
y en relieve desde que asumió como Presidente de la República. El hombre
que fue perseguido, encarcelado y acosado hasta el delirio por sus enemigos y
que casi lo llevó a la muerte, dejó todo atrás y empezó a cumplir su promesa de
reconciliación nacional y de perdón a sus adversarios, ardua tarea entre unos
nacionales que llegaron a exacerbar el odio y a derramar su sangre por sus
pasiones políticas. Antes de su elección había conminado a sus seguidores que
proclamaban venganza a que tomaran sus armas, cuchillos y pangas y las tiraran
al mar.
Era el mismo que se había juramentado
diciendo: “Yo, Nelson Mandela, juro ser
siempre fiel a la República de Sudáfrica. Nunca, jamás, y enfatizo el
jamás, esta hermosa tierra experimentará nuevamente la opresión de unos bajo
otros, ni sufrirá la indignación de haber sido la escoria del mundo”. Al no
más llegar a tomar posesión de su cargo notó las oficinas vacías porque los
empleados de la anterior gestión habían recogido sus pertenencias y en una
sala aguardaban temerosos de los negros empoderados. Mandela los mandó a
reunir ante la resistencia de sus partidarios y dejó estas palabras para la historia
y para la reflexión: “Es probable que
algunos de ustedes sepan quién soy. Al entrar pude notar las oficinas vacías y
supe que muchos habían empacado sus cosas. Desde luego, si quieren dejar las
oficinas y no desean trabajar para este gobierno están en su derecho, o si tienen miedo por el color de su piel o
por su lenguaje he venido a decirles que no teman tal cosa. El pasado es el
pasado, ahora hay que ver el futuro. Necesitamos su ayuda, una ayuda que
queremos y quienes se queden le prestarían a su nación un gran servicio. Sólo
les pido que hagan su trabajo con sus mejores habilidades, como yo también
trataré de hacer el mío”.
Y cumplió a cabalidad exhortando a sus
partidarios y haciendo ciertas sus sabias palabras que salían de su alma: “Aquí comienza la reconciliación nacional,
aquí comienza también el perdón, ese perdón que libera el corazón y limpia el
temor y es por eso que es un arma muy poderosa”.
Hola! En qué documento correspondencia o fecha , el Libertador pronunció la frase " Unión, unión o la anarquía os devorará!
ResponderEliminarGracias!
Hola! En qué documento correspondencia o fecha , el Libertador pronunció la frase " Unión, unión o la anarquía os devorará!
ResponderEliminarGracias!