Soy un hombre afortunado
Por Eduardo Correa
Soy un hombre afortunado
y el carisma es mi don
y adonde quiera que voy
me reciben con agrado,
mi familia me ha tratado
con cariño y con amor
y mi madre es la razón
de sentirme afortunado.
Mi padre se ha marchado,
allá muy cerca de Dios
y de herencia me dejó
un consejo siempre a mano,
primos, parientes y hermanos
me tratan con gran afecto
y respondo con un gesto
estrechándoles la mano.
Por donde quiera que ando,
hay amigos y amistades
y sin vanas mezquindades
cualquiera me brinda un trago,
y me llena de halago,
de cariño y de estima,
una novia en cada esquina
con sonrisa a flor de labio.
Gracias al Padre alabado
y a su Hijo Jesucristo
por darme ese don bendito
y el perdón de mis pecados.
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