Otro tema para el debate público
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Por Eduardo Correa
Está circulando en la red de redes unas
recomendaciones que hace el primer ministro chino, y que tratan de cómo un país
crece, mejora y crea las bases firmes
para una prosperidad sostenida en el tiempo y en el espacio y en todas las
áreas pertinentes. Es obvio que lo propuesto por el político asiático ha sido
puesto en práctica en su nación y de ahí el lugar que ahora ocupa el pueblo
chino en el concierto internacional, en cuanto a desarrollo y crecimiento se
refiere.
Nosotros vamos a
tomar una de esas recetas como simple relación en el tema que trataremos y que
tiene que ver con el quehacer político, no sin antes hacer abstracción del contexto y lo peculiar de cada pueblo.
Asimismo, debemos acotar que el tema es un tanto escabroso y de seguro afectará
la piel sensible de unos cuantos y por ello pedimos que nos excusen. He aquí el
encargo del primer ministro oriental: “Reducción de al menos un 80% en el
salario y los gastos de los político profesionales. Fundamentación: Nuestros países tienen la política más cara del mundo, esto por
la falta de políticas serias y claras en materia salarial. Es necesario que el
político entienda que es un funcionario público, como cualquier otro, con una
obligación de entregar su trabajo y sus conocimientos en beneficio de su país y
no un “rey” como se ven a sí mismos actualmente. La Constitución y
las leyes tienen que establecer un tope salarial compatible con los otros
funcionarios públicos y a partir de ahí, regirse por los aumentos en el sueldo
mínimo del país. Un diputado en China cuesta menos de 10% de lo que un diputado
cuesta en Brasil, por ejemplo. En los países escandinavos es común ver al
primer ministro llegar a su trabajo conduciendo una bicicleta de las más
sencillas y económicas del mercado, como lo hacen los estudiantes. Este
desastre que existe en nuestros países con el manejo del dinero público, con el
abuso de los mega salarios, sin corresponderse con la productividad ni menos
con las soluciones para el pueblo, causa todavía más perjuicios al estado, pues
un pueblo que se siente robado por sus líderes políticos pierde la percepción
de lo que es correcto, justo, honesto y honorable”.
Sin
que compartamos el término “robado” expuesto en la recomendación, preguntémonos
nosotros por el funcionamiento de una de nuestras instituciones políticas
medias: Consejos Legislativos regionales.
¿Cuánto cuestan a la nación? ¿Cumplen su cometido? En materia salarial
sus integrantes devengan unos veinte mil bolívares al mes sin incluir bonos
extras, aguinaldos y otros gastos afines, lo que quiere decir que al año
reciben más de doscientos cuarenta mil –o doscientos cuarenta millones de los
viejos-, y un profesor o maestro recibe anualmente unos treinta y seis mil, si
convenimos en que cada uno devenga tres mil bolívares al mes, y no debemos
desestimar que existen muchos que no superan el salario mínimo actual que
apenas sobrepasa los dos mil bolívares. Es
decir, un diputado de ese organismo recibe una paga más de seis veces mayor que
un docente. Clara mente las diferencias son abismales, injustas y
sorprendentes. ¿Esto podría formar parte del debate popular propuesto por el
presidente Hugo Chávez y al cual se ha referido en varias oportunidades? El
mismo primer magistrado de la republica ha dictado algunas medidas y
recomendaciones, pero es obvio que no ha sido suficiente y de allí la necesidad
de abordar la situación con miras a corregir las diferencias y desigualdades.
Y como corolario y retomando las recetas expuestas por el premier chino,
no debe negarse que resultan sumamente interesantes y podría ser un espejo en
el que deberíamos mirarnos respetando, como ya se ha dicho, nuestras propias realidades
que aun así no dejan de resultar comunes, muchas de ellas, a nuestras sociedades.
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