Guanarito estuvo recientemente de aniversario, según el calendario festivo ritual que fuera impuesto por los invasores europeos desde hace varios siglos. Queremos referirnos a este hermoso pueblo llanero, pero antes debemos dejar constancia con contenido de gratitud para un dilecto hijo de esa tierra, que se solidarizara con nosotros, a propósito de un artículo que escribiéramos y en donde fijáramos posición en torno a algunos "intrusos" que dejan muy mal parado nuestro gentilicio, nuestras costumbres y esencia nacionalista al difundir "temas musicales" destemplados y obscenos que desdicen mucho de como somos los venezolanos y en especial los que nacemos en el llano. Nos referimos al poeta e intelectual, Yorman Tovar, de quien estamos seguros, no sólo siente nuestro foloclor musical, sino que posee sólida formación y argumentos para su defensa, cuando el caso así lo requiera. Así que, !gracias poeta!.
Si observamos un mapa físico venezolano podemos apreciar que Guanarito está casi en el centro de lo que es la geografía llanera, que comprende los estados Portuguesa, Cojedes, Barinas, Apure y Guárico, por eso nos atrevemos a decir que el llano es uno sólo "asi lo dividan y cerquen con alambrada". Son las mismas praderas que en tiempos inmemoriales vieran nacer a Florentino Coronado, el mismo que impresionó con sus coplas, y que cuando era pequeño, junto a su hermano José Luis, su tío Manuel -quien se había encargado de la crianza a la muerte del padre- les dijera, empezando por José Luis: -"Ahí tienes la escuela donde se forman los hombres y estos son los instrumentos. Arrea y que Dios te ayude. Diciendo eso le mostraba la sabana al tiempo que le daba un caballo y un chaparro. Mientras que a Florentino le señalaba: -Este es el corral de las vacas y ese es el de los becerros. Tu te encaramas en el tranquero y te fijas en la copla que canta el ordeñador". Sí, es el mismo llano donde antaño se formaban los hombres de la dignidad y el empeño, dispuestos siempre a vencer lo inclemente y lo hostil. Aún se conservan muchos lugares de esta tierra bravía donde el llanero protagoniza y sueña y cabalga por los caminos infinitos, y son lugares que el llamado "progreso" no ha matado aún las esperanzas. Guanarito es la misma tierra llanera de canciones y leyendas, la misma que vio nacer al clásico de la literatura que ha recorrido, además de la propia, otras llanuras: El Silbón, de don Dámaso Delgado, guanariteño ejemplar. La misma superficie plana que una vez visitara Angel Custodio Loyola, cuyo grito del joropo sigue retumbando en esas pampas. Es la tierra que le diera cobijo, en 1989, a un encuentro de poetas, tiempo vívido, exquisito e imborrable, al cual le diera la bienvenida Yorman Tovar con las siguientes palabras: "Abramos la compuerta al ciclón del pensamiento. Adelante, orfebres de la palabra, sogueros del verso libre, cabestreros de la glosa, errantes quijotes del soneto...". Los mismos parajes cantados por Joseíto Herrera, los hermanos Castro, José "Cheo" Ramírez, el sin par Vidal Colmenárez, que junto a Nelson Parra hacen una versión brillante de la genial obra Florentino y el Diablo. La tierra de Efraín García, que dejó plasmado: "Te fuiste y están llorando/los lirios del pensamiento/ todo es luto y es lamento/ todo es un nunca y es un cuando/". Sí, no hay dudas, son los mismos espacios anchurosos donde se cruzan los cantares, las vivencias, las alegrías y las tristezas de una casta que mira y apuesta siempre al futuro.
¿Qué cómo está Guanarito en lo que concierne a lo económico, social y político? Bueno, ya muchos lo han podido apreciar en las posiciones de sus muchos luchadores sociales, y en las crónicas de sus insignes hijos Benjamín Parada, Grossman Parra Pinto y Yorman Tovar, los dos primeros comunicadores sociales de dilatada trayectoria y el tercero, ya citado, brillante cultor de las letras, quienes -por cierto- tienen "enterrado" en esa prodigiosa tierra sus respectivos marutos". Finalizamos con don Rómulo Gallegos -nombrado al comienzo- pensando en ese bonito suelo portugueseño: "!Llanura venezolana! !Propicia para el esfuerzo como lo fuera para la hazaña, tierra de horizontes abiertos donde una raza buena ama, sufre y espera...".
Escrito por Eduardo Correa, y publicado en el Diario El Regional, de Acarigua, estado Portuguesa, el día domingo 10 de febrero de 2008.
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