De nuevo en el tapete el difícil tema de los salarios. Entremos de una vez en el asunto. En una escuela del estado Portuguesa laboran trece docentes y exhiben unos cuantos años de servicio y -por supuesto- una carrera universitaria. Es decir, son licenciados o profesores. El salario más alto lo devenga quien funge de director de la institución y no sobrepasa los 1.300 bs F y en el número referido de profesionales de la enseñanza, existen dos que están por debajo del salario mínimo actual. Los demás superan a duras penas esa remuneración básica nacional. Claro está que la expectativa salarial -la de estos docentes- está sobrecargada con promesas históricas y con pasivos que datan de varios años. Esto no es asombroso, porque ya se ha hecho rutina en estas mujeres y hombres que decidieron dedicar su vida a una de las tareas mas nobles que puede ocupar a los seres humanos. ¿Cuántos están en la misma situación? La gran mayoría de ellos y en casi todas las escuelas regionales.
Ahora el presidente Chávez vuelve de nuevo sobre el escamoso asunto -la otra vez lo hizo y al parecer su posición no encontró mucho eco- y recomienda legislar sobre la materia y estremece con su grito de guerra: "Basta ya de mega sueldos en la administración pública y quien haya venido aqui atraído por el dinero puede irse de una vez". Pero hay algunas cosas que cuesta mucho creerlas. Ejemplo: En un programa televisado Chávez le preguntó a Cilia Flores que cuánto ganaba un diputado de la Asamblea Nacional. La legisladora respondió: "4.000 bs F, Presidente". ¿Se tragó Chávez ese anzuelo? Porque eso no puede ser verdad y creemos que se omitieron otros detalles interesantes. En el mismo programa el hijo de Sabaneta expresó que iba a averiguar cuanto ganaba un magistrado del TSJ, ¿de verdad Chávez no sabe cuanto ganan estos jueces de la república? Lo que si es cierto es que el espinoso tema de los salarios debe tener -de una vez por todas- una respuesta adecuada, firme y sincera, aunque sabemos que su complejidad no lo hace menos injusto, y que por lo demás es una situación que se remonta a fechas muy lejanas. Pero por lo menos debe reconocerse que por primera vez un primer magistrado nacional ha tenido que ver con los salarios que devengan los venezolanos -referidos a los mega sueldos- en cualquier institución que laboren -antes esto era materia vedada para el pueblo- y ya se conoce que en cuanto a salarios se refiere, hay personas de primera, de segunda y de tercera- y hasta de cuarta y quinta y que los privilegios de la alta burocracia estatal raya en la obscenidad. Fijémonos en esto. Los magistrados del TSJ devengan 32.000 bs F y al final de año "se meten" diez meses de utilidades o aguinaldos sin contar otras altas prerrogativas por su "status". Si vemos hacia el CNE, sus rectores se meten al bolsillo unos 30.000 bs F, más ocho meses de aguinaldos con sus respectivos gastos "por quítame esta paja". ¿Y qué nos dicen de los jugosos sueldos de los asambleístas nacionales, regionales o locales? Y ni hablar de PDVSA, señores. Ahí si es verdad que se "acabó el carburo", como suele decirse en el llano. Todo ello es una especie de ritornello en todas y cada una de las altas instituciones del país. Mientras todo eso ocurre, las grandes mayorías obreras y asalariadas de la tierra de Bolívar -incluyendo un sinnúmero de profesionales de toda índole- hacen malabarismos para poder vivir con dignidad con sus salarios de hambre.
Nos parece muy acertado que Chávez comience a poner orden en una materia en donde hay mucha tela que cortar, pero no estamos seguros si logrará hacerlo. Por una parte, porque tiene sus limitaciones en el campo jurídico y en la división de los poderes donde parece que cada quien se hizo su norma salarial, y por la otra, tememos con sobradas razones que encontrará muy pocos colaboradores en esa novedosa misión.
¿Cuántos estarán dispuestos a sacrificarse de verdad en aras del proceso de cambios, y dejar de lado los privilegios y "los jugosos dividendos" que les deparan sus relaciones de gobierno? Nos estamos refiriendo a los que se autodenominan revolucionarios y socialistas y gritan por allí sus postulados de "entrega" y al mismo tiempo "se matan" por entrar en una lista del partido con miras a detentar cualquier cargo "representativo". De lo que si debe estar seguro el presidente Chávez, es que en ese camino de sincerar esos mega sueldos, siempre le acompañará ese "monstruo de mil cabezas" que llaman pueblo. Durante ese tiempo la procesión irá por dentro.
Escrito por Eduardo Correa, y publicado en el Diario El Regional, de Acarigua, estado Portuguesa, el día domingo 05 de abril de 2009.
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