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¡Sorprendente! ¡Jesús nos revela Su Gloria!



¡Sorprendente! ¡Jesús  nos revela Su Gloria!
 (2) 

Por Eduardo Correa                                             
Las cosas buenas que nos ocurren son atribuidas por muchos de los mortales a situaciones  fortuitas o del azar. ¡Que suerte tuve!, sueltan algunos, mientras que otros gritan que la diosa fortuna los favoreció en algún  momento. Sin embargo, en las conversaciones que Jesús  sostiene con Vassula Ryden, Su mensajera egipcia de estos tiempos, ha dicho enfático que en su diccionario no existen las palabras azar, suerte u otras que se les parezcan.  Son efectos  causales, no casuales, y vienen de lo alto. Así, tampoco el siguiente escrito que leerán este Domingo de Resurrección es casuístico, ¿verdad?  Aquí tienen la segunda parte del mensaje  donde Jesús nos revela su Gloria, sorprendente ¿no? 

         “-Mi Ejército combatirá a Satanás y sus secuaces, incluidos todos los que han intentado destruir Mi Ley. Recuerda que Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último. Mi Palabra es Eterna. ¿Qué ves ahora? -Un reptil, como una gran serpiente, que ha sido pisada por un caballo. -Ese Dragón, bajo la lanza de Mi santo, será vencido. Cuando esto se cumpla, todos sus secuaces caerán también. Vassula, te voy a mostrar ahora Mi Sala del Juicio. He visto una gran sala vacía. De repente, vi un grupo de almas en una esquina. Fue el ruido de sus cadenas lo que atrajo mi atención hacia ese lugar de la sala. Estas almas parecían tremendamente asustadas, manchadas de negro como el carbón. Ellas no nos veían y parecían asombradas por todo los que les rodeaba. -Escucha las trompetas, son Mis Ángeles, que Me anuncian. Dame tu mano, pues tú eres mi pequeña invitada. Sí, cada ángel cae postrado ante Mí. ¿Has visto esta multitud de almas? Vienen de debajo de la tierra. Son almas atormentadas, que han sido liberadas, estaban a las puertas de Satanás. -¿Quién las libertó? -He sido Yo, por Mis Obras Divinas y la ayuda de todos los que reparan y Me aman. ¿Ves, ahora, porque quiero que Me ames? Cuanto más profundamente Me ames tanto ellas tendrán la suerte de elevarse a Mí”.

      “¿Quieres saber lo que va a ser de estas almas? -Sí, Señor, ¿qué va a ser de ellas? -Deja que te lo diga: Yo las bautizaré con Mi Santo Espíritu y las liberaré completamente, pues hasta que no sean bautizadas en el Espíritu Santo, no podrán participar en Mi Reino. -¿Quieres decir que estas almas no estaban bautizadas? -No lo estaban. -¿Y ellas lo quieren ahora? -Sí, ellas lo quieren. Ven, te lo explicaré. Sentémonos. Lo que tú has visto no era más que una visión simbólica. Ellas no estaban verdaderamente en Mi sala. Las almas sólo son juzgadas al final.  -Si estas almas no estaban en Tu sala, ¿dónde estaban entonces?  -Esas almas estaban en el Hades, por lo tanto, bajo Mi Justicia. Si vosotros Me elegís y queréis seguirme, seréis salvados, pero si evitáis conocerme por causa de vuestra obstinación, caeréis, y allí donde iréis será un martirio sin fin. Yo debo advertiros a todos, aunque ya ha sido dicho antes, que el que blasfeme contra el Espíritu Santo, jamás será perdonado, pues tal es Mi Ley. Baja los ojos ante Mi, hija Mía. (Los bajé) -Deja que te bendiga. Yo perdono tus pecados. Repite estas palabras: Bendito sea el Señor, Dios Omnipotente, que Su Reino reine en Eterna Gloria, que Su Santo Nombre sea glorificado, que Su Palabra penetre y permanezca en todos los corazones. Amén”.

        “Vassula, no hagas más por hoy, descansa. Mañana Yo te dictaré Mi Mensaje para aquellos que Me representan sin darme suficiente Amor y sin profundizar en Mi Amor Infinito. Hija, ven, hazme compañía. Necesito descansar, acércate a Mí, comparte Mi dolor.

-Dios mío, haré lo que Tú quieras, pero no olvides que hay también muchos que Te aman profundamente y no olvides sus sacrificios que demuestran el amor que ellos Te tienen. -Sí, ellos alivian Mis tristezas y suavizan Mis Llagas. Pero necesito un mayor número de almas como esas, dispuestas a reparar y a difundir Mi Amor Infinito y extenderlo como la bruma. Yo deseo que abran su corazón y Me reciban y Yo llenaré sus corazones con Mi Amor y cuando sus corazones desborden de Amor, podrán extender este Amor y alimentar a Mis ovejas. Bien amada, ¿Quieres dejarme reposar en ti?  -Sí, Dios mío. -¿Quieres reposar en Mí? -Sí, Dios, lo haré. -Entonces, ven, te amo. -Yo también te amo, Dios mío”.

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