¿Apretujones por una bolsa de leche?
Por Eduardo Correa
Días atrás, en un supermercado de la
ciudad de Acarigua, había una larga fila de personas que esperaban adquirir
algunos productos de la cesta alimentaria. Todo transcurría con visos de
normalidad, si se puede decir así. De pronto se agitó la concurrencia porque
circuló la información de que se aproximaba un vehículo de carga lleno de leche
en polvo. Y la fila se transformó en un tumulto donde los apretujones, gritos y
manotazos se hicieron sentir. En minutos apareció en cambote la fuerza pública
uniformada, y no precisamente a poner orden en el rebullicio, sino a ponerse de
primeros en la fila y comprar ellos también. Y devino el caos y la protesta. Y
todo por una bolsa de leche, que es de lo que quiero hablar en específico.
¿Cuántos no han saboreado el café con leche de
cada mañana? ¿Y qué me dicen cuando viene acompañado de su respectivo pan de
trigo o rebanada? Sabroso, ¿cierto? ¿Y el rico quesillo y el arroz con leche?
¿Y el dulce? Claro está que se conocen
los mil usos de la leche en el hogar y en la cocina del restorán. Y en
cualquier parte. Casi no hay productos en el supermercado o panadería que no
contengan leche de vaca en sus ingredientes. Se sabe de la inveterada costumbre
de consumir el blanco producto de bovina en sus diversas formas. Y el vaso de
leche es una especie de ritual que pocos quieren perderse. Sin embargo, lo que
voy a decir de seguidas no es cosa que no se conozca, y me refiero a varios
estudios e investigaciones que sostienen que la leche, ese líquido o polvo
perlado tan ansiado y degustado por muchos, es dañino para la salud. Sí, así
como se lee. No son pocos los científicos que han llegado a la conclusión de que
consumir leche de vaca es causa de enfermedades, algunas de ellas muy
terribles. Veamos partes de esos
trabajos. Cito:
“Muchas
personas son ya conscientes de que la leche de vaca produce más mucosidad que
cualquier otro alimento, un moco espeso, denso, que obtura todo el sistema
respiratorio del organismo, que atasca las membranas mucosas e invita a la
enfermedad. La fiebre del heno, el asma, la bronquitis, la sinusitis, los
resfriados, el goteo nasal y las infecciones de oído se deben principalmente a
los productos lácteos”. “Paradójicamente, un problema muy relacionado con los
lácteos es la osteoporosis: pérdida de densidad de los huesos”. “Los productos
lácteos aportan cantidades importantes de colesterol y grasa a la dieta, que
pueden aumentar el riesgo de diversas enfermedades crónicas incluyendo las
enfermedades cardiovasculares”.
“Diversos
tipos de cáncer han sido relacionados con el consumo de lácteos, como el de
ovario (por la incapacidad de descomponer la galactosa), y los de mama y
próstata (presumiblemente
asociados al aumento de una sustancia que contiene la leche llamada IGF-1 o
factor de crecimiento similar a la insulina)”. “Se suelen utilizar comúnmente
hormonas sintéticas para las vacas lecheras con el fin de aumentar la producción
y debido a que están produciendo cantidades de leche que la naturaleza jamás
previó, el resultado obtenido es la mastitis, o inflamación de las glándulas
mamarias. Su tratamiento requiere el uso de antibióticos, y se han encontrado
restos de ellos y de hormonas en muestras de leche y otros lácteos”. “Las
proteínas, el azúcar de la leche, la grasa saturada de los lácteos pueden
representar riesgos de salud para los niños y conducir al desarrollo de
enfermedades crónicas tales como obesidad, diabetes y formación de placas ateroscleróticas
que pueden llevar a problemas cardíacos”. “Y no se "higieniza" la
leche: Continúa igual de sucia, con pus, sangre, antibióticos, hormonas, pero
transforman sus cualidades convirtiéndola en un producto "muerto".
Y digo
yo ahora, si esto es así, ¿entonces por qué darse de apretujones por adquirirla
y consumirla? ¿No es mejor cerciorarse? ¿Qué les parece?
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