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No te quiero ni regalada


No te quiero ni regalada

 

Por Eduardo Correa


No te quiero ni regalada
ni en envoltorio de estirpe
me da pena recibirte
con tu cara tan lavada,
anda y sigue en tu andada
regalando por ahí
sonrisas de nacarí
gomosas y empegostadas.

Ojalá no pase nada
en esa loca carrera
y encuentres la manera
de recuperar tu fama.

La vida es bella y sagrada
y tiene tinte eterno
y es Dios el Ser Supremo
quien la quita o la regala,
y es bueno aprovecharla
en cosas altas y dignas
y así poder redimirla
sin perderse entre la nada.

No te quiero ni regalada
porque me causas furor
y te dejo en el mostrador
así tenga que pagarla.


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