Dosis
de odio
Por Eduardo Correa
El hombre con sus embrollos
con envidia y engaños
parece que le inyectaron
una dosis de odio,
siempre anda de mal modo
y ya no quiere vivir
solo quiere destruir
y quiere acabar con todo.
Y la rabia y el encono
envolvió todo su ser
y todo ese padecer
lo riega de mil modos,
se porta como un demonio
con afán de Lucifer
y todo hace suponer
que morderá el polvo.
Desobedeció al Dios del cosmos
y despreció el paraíso
y convirtió en delito
su alrededor y entorno,
pero Dios es Poderoso
y a Su poder Me remito
y cuando vuelva Jesucristo
podrá sacarnos del lodo.
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