“Nadie puede vivir sin Dios”
“La iglesia revivirá,
gloria a Dios. Yo soy la Reina del Cielo, vuestra Madre, y os bendigo. Rezad
por la paz, rezad por la fe, el amor y la unidad. Rezad por la conversión de
todos mis hijos”. La Virgen María, en 1991.
Por Eduardo Correa
¿Recuerdan que en algunos artículos anteriores
les hablábamos de un tema maravilloso y que
trataba acerca de la Palabra de Nuestro Señor Jesucristo, pero que
también lo que conmovía de manera sorprendente era que se producían en estos
tiempos de dolor y de muerte? Asimismo, agregábamos que estas prodigiosas
revelaciones nos llegaron desde el año de 1985 y habían sido llevadas al mundo
a través de libros –son doce volúmenes que circulan traducidos en varios
idiomas-, y a través de conferencias y videos. También les decíamos que la
privilegiada portadora de tan preciado alimento Divino –que tanta falta nos
hace en estos tiempos- era la señora Vassula Ryden, nacida en Egipto y quién
tuvo la Gracia de las singulares
apariciones sobrenaturales, primero, del Ángel Daniel, y luego del propio
Jesucristo, así como del Espíritu Santo y de la Santa Madre de Dios. Hoy les
presentamos las palabras de la Bella Señora, entre muchas reveladas a Vassula.
Esto fue el día 13 de junio de 1991. Léanlas ahora:
-“¿Vassula? ¿Puedes anotar Mis Palabras para que mitiguen
este desierto?” –Sí, Santa Madre de Dios. “Escribe, hija mía: -Benditos de Mi
Alma, amados de mi Corazón, hoy os pido a cada uno de vosotros que apliquéis
vuestro corazón para andar con Dios. Dios es vuestra fuerza, vuestra vida y
vuestra felicidad. Nadie puede vivir sin Dios. Jesús es la Verdadera Cepa y
vosotros los sarmientos. Un sarmiento cortado de la cepa se seca y marchita de
inmediato y no sirve sino para que lo tiren al fuego. Andad con la Luz y no
temáis abandonaros enteramente a Él. Entregaos a Dios y vuestros corazones se
llenarán de alegría. Convenceos, amados hijos, de que Dios está a punto de
presentarse para salvaros y desenredaros de las redes de Satanás, para atraeros
a Su Sagrado Corazón”.
“Nuestros Dos Corazones están unidos,
a pesar de los argumentos y negaciones del mundo respecto a esta Verdad, pues
no todos ellos han aceptado esta Verdad sino que emplean esta Verdad para
combatir unos contra otros. Nuestros Dos Corazones están unidos y anhelan,
conjuntamente, vuestra salvación, hijos. Escuchadnos esta vez: haced la Paz con
Dios y reconciliaos. Levantad vuestros rostros hacia Dios y pedidle que ilumine
vuestro corazón con Su luz. Aprended a amar a Dios como vuestro Padre. El os
ama más de lo que nadie pueda imaginar y
os envía sin cesar Su abundante Paz que emana de Su Corazón como un Río, para
mitigar el desierto interior de vuestra alma. No viváis sólo de palabra; poned
en práctica y vivid cada palabra que se os ha dado en los Evangelios. No estéis
muertos en la letra de la ley, vividla. No temáis si alguien se mofa de
vosotros o rehúsa creer en la Maravillas que Dios os está dando hoy, pues os
digo a vosotros que si alguien os redujera al silencio, las piedras gritarán
con más intensidad. Sólo Dios puede daros la Paz y la Felicidad”.
“Yo rezo por vosotros sin cesar para
que desde duras piedras el corazón de esta generación pueda volverse a Dios y
pueda ser como jardín regado en vez de un desierto inhóspito, una Ciudad Santa
llena de la Luz de Dios, una luz proveniente de Dios y no del sol o de la
luna (Ap, 21,23). Después de que la
tormenta cese y desaparezca, nacerán las flores cambiando la faz de la tierra.
Yo, vuestra Santa Madre, os bendigo a cada uno de vosotros”.
NOTA IMPORTANTE :De lo relatado no hay dudas de su
veracidad. Por medio de Vassula, Dios nos suplica que vivamos el Nuevo
Pentecostés anunciado en las Sagradas Escrituras (Joel 3 y Hechos 2) y por el
que tanto rezaban los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II. Así como los primeros
cristianos se reunían en oración y penitencia para esperar al Espíritu Santo,
del mismo modo nosotros somos llamados “Al Gran Retorno”: al del amor en
persona. Jesús nos pide expresamente que Su mensaje sea difundido por todo el
mundo y de manera especial por todos aquellos que se sientan interpelados a
responder a esta Llamada. “El que tenga oídos que oiga y el que tenga ojos que
vea...”. Si alguien quiere abundar más en este interesantísimo tema, puede
hacerlo en el sitio www. Tlig. Org. O tratar de adquirir los libros La
Verdadera Vida en Dios, en librerías de
Barquisimeto o en Caracas, por un precio extremadamente módico y hasta risible
porque son sin fines de lucro –las ediciones se han hecho realidad por
intermedio de gente sensible, bondadosa
y desprendida.
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