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Erase una vez una montaña de dinero (2)
Por Eduardo Correa
En el artículo anterior no nos oponíamos a lo grande, lo
complejo o sofisticado que se haya hecho o pueda seguirse haciendo en el país, y por ello nunca descartamos “una Venezuela poderosa, magna, reconocida y respetada en el mundo; lo que pretendíamos decir es que
siempre debe hacerse énfasis en resolver
lo pequeño, lo sencillo, lo cotidiano,
lo que atañe directamente a la persona, lo que le permita vivir decente, con
soltura y con solvencia. Ejemplo: repetimos, “poder adquisitivo, resolver el problema del agua potable, del gas
domestico, de la electricidad, del aseo urbano, de la vialidad y minimizar la
inseguridad, entre otros entuertos que se han hecho, de nuevo, cotidianos”.
En esta ocasión insistiremos en la importancia de enfocarse,
de manera definitiva, en las cosas más sencillas, y es así como nos referiremos
a algunos aspectos del “papeleo administrativo” y ponemos el ejemplo de un caso
que le sucedió a un vecino en un pasado muy reciente en el Instituto Venezolano
del Seguro Social, en Araure, con motivo
de solicitar la pensión que por derecho le correspondía. Entre los tantos
trámites exigidos constaba el de la
“partida de nacimiento” que debía ser original y de reciente data, pero ese
requisito acababa de ser obviado por el mismo organismo y se concretaba en una Resolución dictada por
la presidencia. Fueron vanos los intentos de que le aceptaran, por lo menos, aquella copia que
presentó acompañada de la nota de prensa del señor Rotondaro, presidente del
IVSS, donde confirmaba y explicaba el asunto. La terca actitud de los
funcionarios regionales provocó que tuviera que viajar al estado Guárico y
buscara y rebuscara en unos viejos y casi destartalados libros del registro y
donde la había obtenido por primera vez hace años, y debido a esa
obstinada burocracia terminó perdiendo un año en cristalizar ese derecho
constitucional donde le exigían entre diez y doce requisitos, cuando los
esenciales no pasaban de tres o cuatro.
Algunos deben
estar pensando en la Ley de Simplificación de Trámites Administrativos, en
especifico del articulo quinto, que
sostiene y se fundamenta en “Los principios de simplicidad, transparencia,
celeridad, eficacia, eficiencia, rendición de cuentas, solidaridad, presunción
de buena fe del interesado, responsabilidad en el ejercicio de la función pública,
de desconcentración en la toma de decisiones y que su actuación debe estar
dirigida al servicio de las personas”. Pero que va, todo eso les pareció letra
muerta a estos servidores públicos e hicieron caso omiso de ella. Y de ese modo
el papeleo y la burocracia retrógrada siguen presente y haciendo estragos en
los derechos y el tiempo de los ciudadanos que cada día acuden a esas
instancias en busca de soluciones rápidas y diáfanas.
Otro ejemplo que
viene al caso, es el de un docente que requiera una constancia de trabajo con
la intención de realizar cualquier gestión que desee. Si vive y trabaja en
Acarigua o cualquier otro lugar que no sea Guanare, debe acudir,
irremediablemente, a esa capital para tenerla, y ya puede pensarse lo que eso
significa. ¿No puede una oficina, de Acarigua o Araure, por decir alguna
referencia, expedir ese documento ni siquiera siendo Autoridad Única como es
ahora? Increíble, ¿no? ¿Debe viajar un maestro o profesor unos doscientos kilómetros,
ausentarse de clases o de la actividad que realiza para obtener un papel que
bien pudiera conseguir en su zona? Por otra parte, hace poco a una amiga le
pidieron una “fe de vida” con urgencia para poder pagarle la quincena y el
consejo comunal no pudo darle la carta de residencia por problemas eléctricos y
al dirigirse al Registro Civil Municipal le dijeron que era indispensable ese
requisito que no pudo “sacar”. ¿Y el argumento de viva voz que expuso? ¿Y qué
de la presunción de buena fe que
establece la ley? No bastó que ella estuviera allí frente al funcionario. Y menos
mal que podía valerse por si misma, porque si no, imagínense donde fuese ido a
parar todo aquello.
NOTA: Esos artículos fueron escritos hace unos tres o cuatro años, y había problemas como bien apuntamos ahí, pero a la fecha actual, finales del año 2017, mes de diciembre, el país tiene unos cuantos años convulsionado y nadando en las aguas de la crisis más profunda que hayamos podido experimentar, tanto que no tenemos comida, al menos muy poca y hay que hacer colas todos los días, sin medicinas que agrava y llega a la crisis humanitaria y los enfermos mueren por falta de atención y remedio, lo que puede definirse como tragedia en lo político, en lo económico y social. esto es una catástrofe que nadie sabe cuando y como terminará, Y en lo electoral no hay salida por la actitud de un gobierno que dice quedarse para siempre por las buenas por las malas. Y la esperanza? Por allá "Jumea" . . .
NOTA: Esos artículos fueron escritos hace unos tres o cuatro años, y había problemas como bien apuntamos ahí, pero a la fecha actual, finales del año 2017, mes de diciembre, el país tiene unos cuantos años convulsionado y nadando en las aguas de la crisis más profunda que hayamos podido experimentar, tanto que no tenemos comida, al menos muy poca y hay que hacer colas todos los días, sin medicinas que agrava y llega a la crisis humanitaria y los enfermos mueren por falta de atención y remedio, lo que puede definirse como tragedia en lo político, en lo económico y social. esto es una catástrofe que nadie sabe cuando y como terminará, Y en lo electoral no hay salida por la actitud de un gobierno que dice quedarse para siempre por las buenas por las malas. Y la esperanza? Por allá "Jumea" . . .
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